sábado, 6 de marzo de 2010

Para contrarrestar tu crueldad divina,
he tenido que sacrificar
los últimos vestigios de mi fe,
adelgazar mi alma
hasta volverme
terriblemente humano.

Y , en mi nueva religión,
tú ya no eres el centro,
está expresamente prohibido
anclar palabras en el aire,
constituye una tremenda herejía adorarte
como lo haciamos ayer.

No hay comentarios:

 
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.