Sabes que me gustas.
Lo sabes
porque tú presientes la realidad
como los animales la tormenta.
Tienes ese don.
Mi cuerpo, tercamente ,
poco a poco,
ante tu presencia se reduce.
Y contra ti ya no tengo ningún arma
excepto el lenguaje.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario