Yo sé
que no hay nada
que saber.
Lo sé cada día
cuando te veo.
El futuro no me inquieta.
El pasado no me inquieta.
Me inquietas tú.
porque yo sé
que no hay nada que saber,
que la lógica aplastante
con la que gobiernas mi vida
se basa justamente en eso:
en lo innombrable.
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